lunes, 5 de julio de 2010

La muchacha que escribía poemas (Florencia Bolan)


Aquella muchacha escribía poemas. De lo más locos eran. Tenía una imaginación de acá a la China, se imaginaba los paisajes más exóticos, más grandes, más desconocidos, unía personajes extraños, llegó a unir un elfo con una druida, era de lo más inventiva.
Había en sus poemas animales raros, asquerosos, nunca vistos; y los más conocidos, llegó a inventar un conejo con cabeza de lobo y uno tan común como un molusco.
Todo lo que ella escribía sucedía en la realidad, escribió llovizna y al día siguiente diluviaba. También sucedía con otras palabras como abanico o amatistas.
El color verde tampoco se quedaba atrás, estaban las glicinas azules más hermosas del mundo, los árboles más frondosos con sus frutos sabor cielo y sus raíces que dibujaban frases de amor o mensajes de paz que sólo las personas de corazón puro podían descifrar.
Cuando la muchacha se enojaba un humo negro aparecía en el horizonte, el simple aleteo de un pájaro destrozaba tejados y chimeneas.

Sus poemas no podían terminar sin una azucarada taza de café.

refranes retocados (Florencia Bolan)


El que madruga va a dejar de jugar


Sin fuerza de voluntad el tiempo hace pasar el amor

Un sueño olvidado no vale nada

No por miedo a errar no vas a bailar

A caballo regalado Dios lo ayuda

Al que toca no se le miran los dientes

El amor hace pasar un sueño sin estrellas

Sueño o... (Florencia Bolan)


Nuevo. Nuevo ropa, nueva apariencia, nueva actitud, nueva vida. Nueva esperanza.
Una joven no mayor de 35 años emprende una aventura.
El tren llega. Sonríe. Entra y se sienta. Le queda un camino largo para recorrer.
Soltera, todo tipo se le tira encima. Harta se duerme. Despierta. Nada. La nada. Todo desapareció. Sus valijas, todo el asco hacia los hombres, su esperanza. Recuerda. En su sueño había monstruos, bestias malvadas. Mataron a todos; menos a ella. La necesitaban. Desesperada huye. A ningún lugar. Corre, la persiguen. Quién? No lo sabe. Se tropieza. Cae. Se desmaya. Pierde la razón. Despierta. Se terminó. Ya está. Había terminado el sueño. O... era el comienzo de la pesadilla?